Mateo 10:30-31
“Pues bien, aun vuestros cabellos están todos contados. Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”.
Son las únicas células en el cuerpo humano que repetidamente mueren y se auto-regeneran a lo largo de la vida. Son probablemente las únicas células del cuerpo que inspiraron una obra de Broadway que lleva su nombre en inglés. Y la ciencia los considera tan interesantes que varias ramas de la ciencia los están estudiando. Estoy hablando de las células capilares.
Al aprender más acerca del cabello, ellos están llegando a tener un aprecio más grande, como un investigador lo dijo, de la desconcertante biología del cabello. Un biólogo molecular de Harvard admitió que una de las razones por la que sabemos muy poco acerca del cabello es que los científicos han evitado estudiar esta compleja estructura.
El cuero cabelludo en general tiene alrededor de 100.000 cabellos creciendo a la vez. Cada folículo capilar produce cabello alrededor de dos a cinco años, seguido por un periodo de descanso de cuatro a seis meses. Una línea de producción miniatura de células se divide dentro del folículo, empujando a las células capilares más viejas hacia arriba a través de la piel. Al ser producida cada nueva célula se añade la pigmentación. Cuando el folículo está en descanso, se arruga y muchas de sus células mueren. Sin embargo, células semillas, que prometen nueva vida al folículo, se esconden por dentro esperando la señal para volver a la vida. Al envejecer los seres humanos el tiempo de descanso de los folículos se incrementa y el tiempo de crecimiento disminuye, especialmente en los hombres. Así que si se encuentra calvando, no necesariamente está perdiendo su cabello. Es sólo que su cabello está pasando más tiempo en descanso que en el pasado.
¡Dios nos dice que Él se preocupa tanto de nosotros que Él inclusive sabe cuantos cabellos tenemos en nuestra cabeza!
Oración: Amado Padre celestial, yo no entiendo como Tú puedes estar al tanto de tantos detalles de tantas personas. Ni entiendo como es que nos puedes amar tanto. Pero confío en Tus promesas para mí en Cristo Jesús. Amén.
Notas: Weiss, R. 1991. Fuzzy science. Science News, v. 139, Mar. 16. p. 169. Foto: Man massaging scalp, Envato.
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