El arbol de vida cada vez más enredado

Juan 1:3
“Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho”.

Los investigadores que estudian genética han concluido que el árbol evolucionista de la vida no refleja los hechos de la bioquímica.

Para el año de 1960, los bioquímicos habían concluido que las cosas vivas podían estar agrupadas en dos tipos, basados en sus estructuras básicas e información genética. Los eucariotes tienen una o más células y un núcleo verdadero. Los procariotes tienen células más pequeñas sin ningún núcleo verdadero. Son tan diferentes de los eucariotes que los investigadores concluyeron que deben haberse desarrollado separadamente de materia no viva. Para fines de 1970 un tercer tipo de vida fue reconocida, la arequea. La arequea favorece los ambientes extremos tales como desfogues bajo el mar. Su bioquímica es distinta a la de los procariotes y eucariotes. De acuerdo a los evolucionistas la vida pudo haber tenido que desarrollarse desde la materia no viva tres veces. ¡Además, para explicar la bioquímica de estos tres tipos de criaturas los bioquímicos tienen que asumir que en algún punto estos tres tipos tuvieron que intercambiar material genético entre sí, y con un cuarto, ser vivo desconocido y extinto!

Una conclusión lógica de este nuevo acercamiento evolucionista es que la vida tuvo que levantarse desde la no vida muchas veces. No obstante, la bioquímica moderna todavía no ha explicado cómo la vida pudo salir una vez de la no vida. Sin embargo, esto es exactamente el patrón que podemos esperar si todas las cosas vivas son el producto de un sabio Creador que utilizó diseños similares para resolver problemas similares.

Oración: ¡Amado Padre, grandes y gloriosas son las obras de Tus manos! Amén.

Notas: Scientific American, 2/00, págs. 90 95, “Desarraigando el árbol de la vida”. Ilustración: Bacteria: una célula procariota. (PD)